Matar al marido, de Li Ang

Por Arianna V. Guillén Lizarraga

SOBRE LA AUTORA

Matar al marido (杀父) es una novela escrita por Shi Shutuan (施叔端), conocida por el pseudónimo de Li Ang (李昂). Nació en 1962 en Lukang, Taiwán. Se graduó en un Grado de Filosofía y en 1975 se trasladó a Oregón, Estados Unidos, para continuar sus estudios en teatro. Posteriormente regresó a Taiwan dónde encontró trabajo en la Universidad de Cultura China como profesora del Departamento de Teatro. Desde los dieciséis años tenía como pasatiempo escribir cuentos. Actualmente ha escrito varias novelas y numerosas colecciones de relatos, novelas cortas, ensayos e incluso libros de viaje. Sus obras se centran en las mujeres y en temas feministas. Su obra más conocida es Matar al marido, y ha sido traducida a más de diez idiomas diferentes. En 2004 recibió del ministerio francés de cultura y comunicación el Chevalier de L’ordre des Arts et des Lettres. En español se publicó en 2012 en la Editorial Chindia.

Matar al marido

RESEÑA

Basado en un hecho real ocurrido en 1930 en Shanghai, el libro nos sitúa en Lukang, Taiwán, a principios del siglo XX. En esta zona una joven ha asesinado a su marido. Nuestra protagonista es una joven huérfana llamada Linshi, casada por su tío con un hombre mucho más mayor que ella y que se dedica a la carnicería de cerdos. El carnicero se presenta como un hombre completamente misógino, sádico y cruel que desde la primera noche de bodas la trata como un objeto cuya existencia radica en complacerlo; por ello, se dedica a maltratarla y violarla constantemente. Ella, llevada a la locura por el abuso constante de su marido, acaba asesinándolo. A lo largo de todo el libro la autora nos narra cómo Lin Shi es abusada física y mentalmente, y, como nadie del entorno que le rodea es capaz de poner fin a su tortura.

Li Ang nos narra en tercera persona a través de un lenguaje sencillo y asequibles descripciones el lugar en el que viven, la personalidad de los habitantes y cómo se relacionan entre ellos, es por ello que resulta muy fácil empatizar con la protagonista y con la situación en la que se encuentra. Por otra parte, la narración se desarrolla a un ritmo muy rápido y está plagado de diálogos, lo que le da agilidad. Debido a que el libro comienza desvelándonos que la protagonista acaba con la vida de su marido conocemos perfectamente el desenlace, sin embargo, lo que mantiene la atención del lector es el porqué y el cómo de que ocurra esto.

En mi opinión, este libro refleja perfectamente la sociedad patriarcal tanto de la época como de la actual, en la que el comportamiento del hombre nunca se pone en duda, sino el de la mujer, a pesar de que es ella quien sufre el maltrato. Durante la lectura he tenido todo tipo de sentimientos abrumadores llegando a enfadarme e incluso llorar de frustración y tristeza. Normalmente no suelo leer este tipo de libros ya que me meto demasiado en la historia y sufro con los personajes, en este caso sufría con la protagonista, pero aun así no podía parar de leerlo y estaba totalmente enganchada. He disfrutado mucho de la lectura, y recomiendo muchísimo que la gente lo lea, ya que, aunque se trata de una historia muy dura creo que este tipo de historias, a veces, deben de ser directas para que calen en cierto tipo de lectores poco conscientes de la situación de aquellas personas maltratadas por sus parejas. Además, me gustaría resaltar que con esta obra he llegado a la conclusión de que los tiempos cambian, pero cambian a una velocidad muy lenta. Quiero pensar que actualmente se actuaría de otra manera, al menos por parte de los vecinos y/ o amigos de la víctima, aun así, considero que seguimos teniendo un largo camino por recorrer, y sinceramente no le deseo a nadie que viva en una situación de maltrato como la que aquí se expone.

Hasta este momento he intentado hablar sin spoilers, pero, a partir de ahora quiero señalar varias escenas que me impactaron mucho y que obviamente son algo importante para la trama. Para todo aquel que quiera leer el libro sin saber mucho más allá de la sinopsis recomiendo que no siga leyendo.

En primer lugar, una de las cosas que más me dolió, e incluso molestó, gira en torno a la única persona que parecía ser amiga y confidente de la protagonista. Esta persona es la tía Ah Wang. Esta señora es la vecina del matrimonio y el testigo más relevante de todos los actos malignos por los que tiene que pasar Lin Shi. En un primer momento, se vuelve una gran amiga e incluso una figura materna para la joven, pero debido a que el marido de Lin Shi la salva de un intento de suicidio, cambia por completo su actitud hacia la protagonista. Es el personaje, después del antagonista principal, que más rabia me ha dado, ya que, aunque ha visto y escuchado el comportamiento del hombre hacia su mujer, ésta decide hablar mal de su amiga diciendo que es una degenerada, que es ella la que siempre lo persigue y busca que tengan relaciones sexuales; además, dice que es una mala ama de casa ya que se pasa el día tumbada y durmiendo sin hacer sus correspondientes tareas. Es debido a este suceso que la historia termina degenerando por completo, ya que viéndose completamente sola y cada vez más sometida a su marido, Lin Shi, va perdiendo la cabeza poco a poco.

La siguiente escena impactante va de la mano del aislamiento que sufre Lin Shi por culpa de la tía Ah Wang. Desde que escuchó que su supuesta amiga se dedicaba a mal hablar de ella comienza a caer en una apatía generalizada, esto hace que no reaccione a las palizas y violaciones de su marido, y por ello, él pierde interés en ella. Es así como comienza a desaparecer durante horas e incluso días para irse a visitar a su prostituta favorita. Lin Shi totalmente impotente y sin poder manejar la situación poco a poco se va quedando sin comida. Por ello decide criar a unos patos para vender sus huevos, de esta manera planeaba conseguir dinero para alimentarse sin tener que estar bajo el yugo de su abusador. Pero como se puede intuir, su marido, que se dedica a torturarla, una noche vuelve borracho y asesina a todos los pequeños patos. Lin Shi confiesa que los estaba criando para poder comprar comida y él decide que a partir de ese momento la matará de hambre ya que no puede permitir que sea independiente y que lo humille ante los vecinos y compañeros de trabajo. Es así como la tortura va a más ya que la obliga a cocinar una cantidad mínima de comida todos los días, sólo para él; en caso de que ella quisiese comer debía dejar que él la poseyera, es decir, que debía prostituirse con su marido por comida en su propia casa.

Lin Shi no se rinde y sigue buscando un trabajo para poder alimentarse, pero una vez más podemos observar cómo la sociedad le da la espalda. Los ciudadanos del pueblo influenciados por los rumores de Ah Wang no quieren contratarla ni ayudarla. De esta manera, ella finalmente pierde la cabeza, matando al marido.

Para concluir, me gustaría una vez más recomendar el libro, es una lectura que, aunque resulte dura, debería ser obligatoria para todo amante de la lectura, y ayuda a reflexionar sobre nuestras acciones ante este tipo de situaciones.